sábado, 25 de febrero de 2012

H.L.

No sentí mi corazón acelerarse más que cuando apareció doblando la esquina, alargando lo posible su paso en un acto deliberadamente calculado, sabiendo que con cada metro menos entre ambos mi corazón palpitaba más rápido; algo normal, pues cada vez que aparecía él, la vida se aceleraba mil revoluciones más. A medida que se acercaba, oí, como no, que venía silbando aquella absurda melodía que, por supuesto, no había escrito él.

Y como si no hubiera pasado nada entre nosotros, como si no hubieran encontrado hacía dos días aquel cadáver en aquel sótano; como si no le hubieran enterrado hacía casi una semana; como si no hubiera estado traficando desde hacía un año con algo tan mortal como era aquella sustancia; apareció Harry Lime. Y no se le ocurrió otra cosa que darme la mano, sonreírme con su sonrisa de anuncio, y preguntarme qué tal.

1 comentario:

  1. Precioso el blog, escribes muy bien!
    pasate por el mio si puedes, besos y muchas gracias por adelantado^^
    podemostocarelcielo.blogspot.com/

    ResponderEliminar