miércoles, 31 de agosto de 2011

diagnóstico definitivo: enamorado de una foto.

No es tan extraño. Bueno, un pelín sí. Pero sólo un pelín. Porque, al fin y al cabo, las fotos son recuerdos que una extraña magia disfrazada de ciencia logró plasmar en un pequeño rectangulito de papel, o en la memoria de una cámara o un ordenador. Es algo tan volátil, tan abstracto visto así... las fotos son casi un sentimiento, nos hacen reír, llorar, recordar  con nostalgia momentos pasados. Son magia, porque atrapan en su hechizo de cuatro bordes y una luz cegadora (llamada vulgarmente flash), a paisajes, animales, situaciones y personas.  Porque las fotos son magia, pero casi que también se sacrifican por lo que atrapan para siempre. La magia (como el amor, o los préstamos) siempre pide algo a cambio de algo. Y la foto se sacrifica en sí para capturar lo que sea por toda la eternidad. No se recuerdan fotos por el mero hecho de que sean fotos, sino que se las recuerda por lo que contienen. Por los recuerdos robados al mundo y atrapados para siempre en ése extraño recipiente. Quién no sabe cuál es ésta foto:
Pues bien, suena estúpido, y ya no sé si es el alcohol que enturbia mis sentidos, o las altas horas de la mañana frente a éste teclado, pero creo estar completa, paradójica, lamentable, e irremediablemente enamorado de una foto. Y obviamente, no de la foto en sí, sino de la persona, del momento de su vida hechizado por una cámara.

sábado, 27 de agosto de 2011

Mentimos más de lo que acordamos;)

Que alegría más tonta. El otro día estuve pensando en que te mentí más de lo que habíamos acordado. Te mentí al decirte que no te quería cuando me ofreciste tus abrazos, y también aquella vez que te dije que me iba, y tu me ofreciste quedarme. Y yo, siguiendo la vocecita del diablo (o del ángel, ya no se ni quién va a cada lado),de mi hombro derecho, me fui. Y eso de irme nunca fue una buena idea, he pasado frío sin ti.

Pero, como reza la primera frase de éste (otro de los muchos) blog, no todo es malo. Ahora sé que hay algo más frío que el hielo que se derrite en mi vaso, mezclándose con lo que queda de Brandy. También sé que no es bueno vivir recordando cosas tristes, ni cosas alegres; en definitiva, no es bueno vivir recordando, porque ya en el sólo hecho de recordar hay algo triste, oscuro, que no es sino que eso que recordamos ya no está, que pasó. Por eso recomiendo sonreír aunque el espíritu te falle, y beberte las penas con ron, que así pasan mejor. Y bailar descalzo cuando hace frío, y cantar desafinando que siempre te quise y siempre te querré. Y si la gente envidiosa intenta desestabilizarte, pues tú juega a ser equilibrista en la cuerda floja.

 Y jamás dejes que el invierno, ni los recuerdos fríos, tejan su bufanda blanca alrededor de tu sonrisa. Porque no hay nada más bello que despertarse por la mañana y sonreírse a uno mismo,por encima del sueño, el cansancio, la resaca, las ojeras y las legañas. Bueno, sí lo hay. Pero ahora no caigo.

Ah, ya se me olvidaba! Y que vivan los idiotas;)


sábado, 20 de agosto de 2011

Vous et votre parfum français.

Aún hoy  sigo sin poder controlar los chispazos que pegan tus recuerdos en mi cabeza. Tu maldito perfume francés me huele en los momentos más inesperados, y me cabreo con el mundo porque no sé lo que me pasa. Tengo muchas dudas. O como dirían los malditos franceses, "J´ai beaucoup de doutes". No hablo de lo típico, de que me quedaste cicatriz y de que no puedo olvidarte. Esto es algo más serio como para desperdiciarlo con metáforas, es demasiado usual como para escribirlo e intentar darle fama, demasiado doloroso como para buscarle rimas y ponerle acordes de piano, y hacer una canción de ello. Es incluso demasiado irreal para ser. Pero así es. Tu maldito perfume francés no se despega de mi ropa, ni de mis sábanas, ni de mi cabeza. Y nuestros fantasmas (y digo nuestros porque, te guste o no, los compartimos), vienen a mí y me toca a mi batirme en duelo con ellos, la daga vizcaína en una mano, en la otra una botella tintada de verde de algo que no huele demasiado a agua mineral. Y bueno, así transcurre mi rutina de noches largas y sueño ligero, usualmente contigo, quizás, o con algo de lo que no me acuerdo al levantarme (hay días que suficiente tengo con eso de levantarme). Sueños que apestan a resaca,  de memoria infame y con cierta tendencia a la amnesia... de éso y de recuerdos que huelen a tu maldito parfum francés.

viernes, 19 de agosto de 2011

cuz I´m not superman:)

Me sobran defectos. Y he de asumirlo. Me consumen las dudas sobre mí mismo cuando me quedo a solas con mi reflejo en el espejo. Por eso busco escudo en la música. Y últimamente, cuando lo toco, creo ver en mi piano algún secreto, algo que yo ignoro. El piano sabe algo que yo no sé. Y me siento más estúpido, pero sonrío, y sigo tocando. Y bailo al ritmo de la música que me consigue sacar de mi rigidez actual. Tengo agujetas en las piernas y en las comisuras de mi boca. Pero me gustan, significa que hago algo en exceso que antes no solía hacer.

Lo bueno de estar dentro de mi piel es que soy bastante imaginativo. Me voy de viaje cada vez que se me pierde la mirada; y si noto mi mundo boca abajo, me pongo a hacer el pino y vuelve a estar al derecho. Es una buena solución. También me gusta eso de levantarme por las mañanas con resaca y verme sonriendo. Y también silbar canciones cuando me atacan los fantasmas del pasado. Me fumo algún que otro cigarrillo en el balcón mirando las estrellas, sin otra cosa que hacer que ver como el humo sube por el cielo, perdiéndose entre las constelaciones. Y es que no soy como me pintan, o me pinto. No me considero ni guapo ni demasiado descarado. Tampoco un mal tío, aunque algunos se empeñen en ello. De hecho, no me considero un superman. Si lo fuera, no me limitaría a eso de ver subir el humo de cigarrillo en el aire de la noche, si no que iría a tu casa, tocaría en tu ventana, te cogería en brazos y te llevaría a la luna.

Pero, como ya he dicho, no creo ser superman. No me hace falta fingirlo. A veces, ni serlo. Y no me siento mal con ello.