El otro día soñé verano. Y al principio no le di importancia, pero cada día que pasa, me doy cuenta de que me despierto por la mañana sediento de volver a soñar aquello, de despertarme a las doce y que huela a playa con algunos colegas. De sacar las gafas de sol y los bañadores, y pasar frío en el agua. Verano, joder, verano.
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