Escribí mil cosas que pudiera hacer antes de que se me olvidaran a base de años de esfuerzos sin recompensa, a base de sudor y lágrimas sin pañuelos para secarlos, de inviernos pasando frío bajo las mantas lejos de ti. Y es cierto, las escribí. Una de ellas era no permitirme a mí mismo volver a pensar en ti. La otra, volver a amarte todo lo que no pude amarte la primera vez, en cuanto tuviera oportunidad.
Lo malo de ésa lista es que tiene el título de sueños imposibles. A los superhéroes también les está permitido llorar, derrumbarse, sufrir. Y yo no soy Superman. Si lo fuera, sabes lo que haría. Lo primero, comprarme una capa roja, siempre me han gustado. Lo segundo, lo sabes de sobra. Pero como he dicho, no soy Superman, y por eso sufro en silencio detrás de máscaras hechas a medida, y me dedico a escribirte cartas que nunca leerás. Me siento débil, frágil, cuando sólo me miras. No puedo decirte nada más. Mi lista de sueños imposibles (más que imposibles, irreales) seguirá intacta, éso te lo prometo. Al fin y al cabo, es lo único que me queda de ti que no pueden quitarme las mentes mezquinas y envidiosas. O quizás sí, pero no quiero arriesgarme. Y mientras eso ocurre, mintámonos a medias. Tú dime que me quieres y yo te diré que te creo, o que llegué a olvidarte.
Hablas de la que me tienes que matizar?
ResponderEliminarya ni lo se AJAJAJA
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